jueves, 13 de enero de 2011

Y reír de la muerte puede herir, yo prefiero que me mates tu al reír.

¡Luces, cámaras y acción! 
"Y de repente siento un pellizco dentro, y me lleno de inquietud al preguntarme dónde quedó el esfuerzo del artista aficionado, su obstinación por controlar la técnica, sus horas de impaciencia, el ánimo en cada pincelada. Dónde su amor por culminar la obra. Y la pregunta viene a mí como un perro a su amo: qué fue de los besos entregados que el tiempo borra como el viento las huellas en la arena. Qué del empuje y la pasión que ardió en tantos cuerpos ahora habitados de olvido. Cuánto pesaron todos los sueños soñados en la Tierra. Dónde la pena que la gente oculta cuando camina por las calles." 

Play... Pause!
Tres, dos, uno.. replay. Stop. 
Decide apagarlo. Todo era de colores. La luna, cuarto creciente, se reflejaba en el lago. Y en sus ojos. Incluso en los besos, los besos... ¿Dónde están los besos?

Sí. Yo soy de las que no saben decidirse. De las que se proponen mil cosas y hacen una. Soy de las que odian tener los días organizados, de las que piensan que improvisar es lo que vale. De las que tienen fama de tardar mucho y llegar tarde a todos lados, pero es cierto. Las que se comen las uñas y no lo pueden evitar. No soy un modelo de hija, ni la hermana perfecta. De las que les gusta dejar de pensar en todo y no preocuparse por nada, de las que le encanta el momento antes de dormir. Las que odian las blackberrys y el café, las que les encanta caminar por la orilla, mancharse de pintura, la noche y el mar. De las que se ponen nerviosa cuando pasas cerca, y sí, claro, también cuando me miras y sonríes.


El dolor es proporcional a la belleza de la historia que has vivido.
¿Sufrirás? Y si sufres, ¿cuánto sufrirás?

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